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Mostrando entradas de octubre, 2009

Recetas made in Ortega y Gasset

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Foto: Cafe au lait. París, septiembre 2009. Para una ocasión especial: cómo perder a una chica en pocos meses. Échale primero una pizca de besos con sabor a efímero (unos granos de miedo al compromiso nunca vienen mal). Añade a continuación medio litro de amistad, un cuarto de tonteo y picaresca y tres medidas de conciertos de jazz (bajo en calorías y magreos). Cuando lo hayas mezclado bien, añade aroma de redes sociales y frutas del pasado. Mantenlo en el horno durante aproximadamente sietes meses y medio. En el momento de servirlo, flambéalo con licor " Tercero en discordia ". Nota: servir con máximo cuidado. Puede explotar en la cara.

Diario de una estudiante de máster

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Corre, suena el despertador. Sal de cama, hazte el café. Escucha la radio. Ducha, medias, chaqueta. Orquillas. Corre, saluda al quiosquero, baja los cuatro tramos de escaleras hasta el andén de la línea nueve dirección Herrera Oria. Saluda al pobre chico congelado de frío que reparte el 20minutos. Corre, sube al metro. Empuja a la señora para que te haga un sitio. ¡Oh, queda un sitio libre! Corre, siéntate antes de que otro lo coja. Plaza de Castilla. Sal del metro, sigue las flechas hacia la línea diez dirección Hospital Infanta Sofía. Subre tres tramos de escaleras para luego bajar otros dos. Mira las zapatillas con cara de gorila que cuelgan en la tienda del pasillo y horrorízate por su fealdad. Sube al metro. No te sientes porque solo son dos paradas. Begoña. Baja del metro. Subre dos tramos de escaleras, anda por una cinta transportadora, sube otro tramos más. Siente el frescor mañanero. Corre, cruza el patio del Hospital La Paz y llega hasta la facultad de medicina. Busca el Semi

Desgranándote

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Sorprende el silencio que te puedes llegar a encontrar en una ciudad de casi seis millones de habitantes si te deciddes a coger las llaves y salir por esa puerta a recorrer Claudio Coello en una noche de domingo. Si finalmente te decides, arguyendo ira, enfado o soledad, no dejes de pisotear con ferocidad las tempranas hojas marrones que hacen notar la llegada del otoño. Pisotéalas fuerte y olvida tus problemas. Disfruta del lejano ruido del coche que atraviesa la calle Velázquez, del susurro de las hojas de los árboles al ser mecidas por el viento y del bamboleo de la señal de tráfico. Quizá te encuentres con algún viandante acompañado por su perro. No les prestes atención. Concéntrate en olvidar lo que te ha llevado hasta allí. Que el viento de octubre se lo lleve. Raudo y veloz. En estos días, si me pierdo, busquénme en Claudio Coello esquina Hermosilla que estaré desgranando mi rencor. (Audio: Cuestiones de familia. Love of lesbian)