Lo que (¿casi?) todos quisiéramos decir
Hola. Tengo que hablar contigo. Verás... No, no, por favor, no digas nada. Si lo haces probablemente no seré capaz de terminar y quiero decirte esto. Me pareces irresistible. Y creo que los dos somos tan tontos que aunque sintamos algo no nos lo vamos a decir. Y yo ya no quiero seguir siendo esa chica que espera sin hacer nada. Probablemente mañana me levantaré y me moriré de vergüenza (si es que no lo hago cuando me de media vuelta), pero tenía que decírtelo. Me muero por ti. Y ya sé que seríamos una pareja extrañísima, pero ¡qué más da! sé que no nos parecemos en casi nada, pero me haces reír tanto que desde hace un tiempo sé que tenía que intentar besarte de algún modo. Y aquí estoy. En este bar, delante de ti, sin poder siquiera mirarte a los ojos. Y las piernas me tiemblan tanto que como no digas algo en los próximos segundos seguro que me caeré al suelo...
(silencio)
Y lo que pasaría después, si fuéramos quienes de decirlo, daría igual. Si él o ella suspirasen y os miraran incómodos y la noche no terminase como la habíais planeado, probablemente al día siguiente querríais morir y no salir de la cama. Y durante cierto tiempo, cada vez que vuestros ojos se cruzaran, os rehuiríais. Pero cuando ya todo se hubiera diluido en los días y en la rutina, nada de aquella noche importaría y sólo el recuerdo de haber sido valientes permanecería en vuestra mente. Y podríais decir: "yo un día, lo intenté. Lo recuerdo bien. Y no me arrepiento".
Y si él o ella os mirasen con los ojos vibrantes, y os cogieran por el cuello, y os besasen... Si eso ocurriera, está claro que lo demás, obviamente, daría exactamente igual. Y algún día podríais decir: "yo, lo recuerdo bien, fui ave de paso".
(silencio)
Y lo que pasaría después, si fuéramos quienes de decirlo, daría igual. Si él o ella suspirasen y os miraran incómodos y la noche no terminase como la habíais planeado, probablemente al día siguiente querríais morir y no salir de la cama. Y durante cierto tiempo, cada vez que vuestros ojos se cruzaran, os rehuiríais. Pero cuando ya todo se hubiera diluido en los días y en la rutina, nada de aquella noche importaría y sólo el recuerdo de haber sido valientes permanecería en vuestra mente. Y podríais decir: "yo un día, lo intenté. Lo recuerdo bien. Y no me arrepiento".
Y si él o ella os mirasen con los ojos vibrantes, y os cogieran por el cuello, y os besasen... Si eso ocurriera, está claro que lo demás, obviamente, daría exactamente igual. Y algún día podríais decir: "yo, lo recuerdo bien, fui ave de paso".
No sabía muy bien qué comentarte a tu anterior entrada. A ello le estaba dando vueltas cuando, gracias al Cielo, apareció esta. Ahora sí que sé qué escribir: me gusta. Mucho. Me gusta mucho.
ResponderEliminarEs extraño, pero por muy manido que sea el asunto que decidas abordar, siempre consigues que suene fresco y auténtico, como si ese estilo femenino, propio del cine de las décadas centrales del siglo XX (que en otras personas parecería muy artificioso), te saliera naturalmente de dentro. Es como si lo hubieras convertido en marca de la casa. Espero que lo sientas así, y que esa forma de escribir te satisfaga. Si no, siempre puedes cambiar.
En cuanto a mí, sólo lamento a veces no entender del todo qué es lo que hay detrás del texto, qué es lo que lo ha motivado, etc. ¿Será porque soy un tío, y los tíos somos muy simples? O será, quizás, que sencillamente soy un simple.
¡Besos!