Mis días son una sucesión de emociones que florecen cuando me reconozco en su piel, cuando me enfado con todos porque B. se fue, cuando me encuentro con P. y con A. en la tardenoche más extraña desde aquélla de noviembre de dos mil catorce o cuando recibo esos mensajes de L. que me hacen recordar a partes iguales nuestras noches, nuestros días y los días que vendrán. Pero al final del día, lo importante es seguir. Seguir viviendo. Seguir conquistando cada minuto. Seguir haciendo de éste un sitio mejor. Seguir aprendiendo. Seguir amando. Y sobre todo, seguir recordándote.
¡Una artículo genial, Lara!
ResponderEliminarNo sé tú (o mejor, "creo que sé pero no"), pero yo estoy muy de acuerdo con lo que dice este hombre: el problema del cambio climático no es sólo una cuestión científica, sino que nos afecta como comunidad (a todos) y, por lo tanto, es uun tema político que exige acción. Entiendo también que eso no es algo que sólo se pueda aplicar al problema climático, sino que la mayoría de las denuncias del ambientalismo/ecologismo se refieren a problemas que deben ser afrontados como cuestiones de enorme relevancia política y social. En mi opinión, el desarrollo sostenible real es una meta política a la altura de la justicia social, propia de la izquierda más auténtica y radical.
Gracias por el enlace, chicoliciosa.
¡Muaks!