Imaginaria


Yo creo que todas, alguna vez, hemos tenido una relación imginaria. Sí, de esas que empiezan con un "que lindo es ese chico", y luego siguen con "ups, me gusta". Y continúan así hasta que te imaginas cómo serían sus besos, cómo sería su aroma, cómo sería a la mañana siguiente (¿será de los que te abrazan, de los que se van, de los que siguen durmiendo?). Imaginas sus reacciones a situaciones de pareja ("seguro que él actuaría de este modo") y poco a poco lo que conocías de aquel chico que empezó siendo solamente lindo es suplantado por su nueva personalidad, esa que has ido forjando día a día y que ya la crees verdadera. Y así hasta que es él el que te da consuelo y en quién piensas en los días malos.

Yo, lo reconozco, mantengo una de esas. Sí, nos va muy bien. Llevamos ya algún tiempo, no demasiado. Aún nos estamos conociendo y de vez en cuando me sorprende con una nueva faceta antes oculta. Sus besos son cálidos y suaves. Se demora en el momento antes del beso, ese tan irresistible, cuando nuestras miradas se cruzan y todo los demás no importa. Me coge por el cuello y, sin apartar la mirada, valiente y decidido, posa sus labios en los míos, tan dulcemente que apenas puedo sentir su sabor. Me reconstruye el alma cuando lo necesito. Huele a café y a lluvia. Siempre quiere aprender cosas nuevas. Y me hace reir constantemente. Y con él, con él no tengo que fingir, soy yo misma, me conoce perfectamente. Al fin y al cabo, está en mi cabeza, ¿no?





Comentarios

Entradas populares de este blog

Los transgénicos

Nieva