Cuartos de siglos
Cumplía un cuarto de siglo, pero sus ojos de niño chico no dejaban entrever ni un resquicio de la vejez que estaba alcanzando. Por el contrario, si te atrevías a adentrarte en su mirada, deteniéndote pacientemente en los recovecos que su alma creaba, podías encontrar esa vitalidad absurda e infantil que te enamoraba sin que pudieras siquiera evitarlo.
Yo, obviamente, caí prendida de sus encantos innatos y nunca más pude despegarme su cariño de mi ser. Allá donde voy lo llevo conmigo y recuerdo su risa y su mirada. Cumplirá muchos más, muchos cuartos de siglo más. Y espero poder celebrarlo a su verita vera. Porque, señores míos, este chico me tiene loca y pienso volverlo loco a él durante muchos muchos años más.
Felicidades señoritingo.
Me encanta. Sabes que te quiero, y espero que me vuelvas loco mucho, mucho tiempo.
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