Desgranándote


Sorprende el silencio que te puedes llegar a encontrar en una ciudad de casi seis millones de habitantes si te deciddes a coger las llaves y salir por esa puerta a recorrer Claudio Coello en una noche de domingo. Si finalmente te decides, arguyendo ira, enfado o soledad, no dejes de pisotear con ferocidad las tempranas hojas marrones que hacen notar la llegada del otoño.

Pisotéalas fuerte y olvida tus problemas. Disfruta del lejano ruido del coche que atraviesa la calle Velázquez, del susurro de las hojas de los árboles al ser mecidas por el viento y del bamboleo de la señal de tráfico. Quizá te encuentres con algún viandante acompañado por su perro. No les prestes atención. Concéntrate en olvidar lo que te ha llevado hasta allí. Que el viento de octubre se lo lleve. Raudo y veloz.

En estos días, si me pierdo, busquénme en Claudio Coello esquina Hermosilla que estaré desgranando mi rencor.


(Audio: Cuestiones de familia. Love of lesbian)

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