La constancia
Un buen día M. me dijo una cosa tan bonita que me dio un
arrebato de locura y tuve que irme a su vera verita vera. Allí encontré cosas
extraordinarias: Girona, furgonetas con libertad, pueblos con diecisiete
habitantes y lo mucho que me gusta aprender nuevas lenguas. A su vera también
ocurrieron los lugares comunes (y no comunes), las conversaciones non-stop, el
“Jo competeixo” y los besos y
caricias que quedarán en el recuerdo de las estrellas de Beget y de dos sacos
de dormir.
Sin embargo, lo que realmente encontré en una carretera
perdida del prepirineo gironés fue que mi constancia, las numerosas horas de
terapia con mis dos A., los besos robados, los días de sonrisas cuando no
apetecía y estos años de pensar en mí habían dado el resultado esperado: ya no
esperaba nada de nadie, sólo esperaba algo de mí. Y así, mientras cantábamos a
voz en grito como si nadie nos escuchara aquello de “quién iba a decir que sin
carbón no hay Reyes Magos”, me sentí plena y segura al decidir que desde aquel
momento no volvería a entender los gestos del otro, buenos o malos, como una
consecuencia de los míos, sino como una consecuencia de las circunstancias
vitales y propias de cada uno.
Entonces fue cuando, delante de M. y de los diecisiete habitantes de
Beget, la culpa ancestral que como un manto invisible nos cubre a las mujeres
del mundo, lastrando nuestra felicidad, salió volando hacia las montañas del
Pirineo y se perdió en sus bosques mediterráneos. Allí la dejamos, M. y yo. Espero no volver a verla. Os mantendré informados.
"I hem vist que
teniu certs talents, és veritat, i que us van educar explicant-vos
que sou esplèndids, que
sou especials, i que seria un crim no aprofitar-ho,
però temo que se us
escapa la diferència entre un protagonista
d'una gran nit, d'una
gran vetllada i una gran rival, un especialista.
Que aquí no es tracta
de ser amable amb els nens!
Que aquí no serveix
tenir una dona bonica!
Que aquí es tracta
d'estar disposat a entomar una bala!
Que aquí es tracta de ser capità de iots
que naufraguen!
Què podreu deixar enrere quan calgui? Què
voldreu sacrificar a canvi?
Entregareu al vostre triomf tot el que us
reclami?
Mirareu rient, doblant l'aposta, quan la
vostra gent arrenqui a córrer?
De debò que us quedareu per aquí?
Tindreu el coratge?"
Jo Competeixo. Manel
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